La elección del material del chasis de las ventanas es una decisión que trasciende lo estético y se adentra en el terreno de la eficiencia energética, el confort térmico y acústico, y la sostenibilidad de cualquier proyecto de construcción o reforma de viviendas. En un contexto donde las normativas de certificación energética son cada vez más exigentes y el ahorro energético se ha convertido en una prioridad, entender las diferencias entre ventanas de madera, aluminio o PVC resulta fundamental. Cada material ofrece propiedades aislantes, durabilidad y características estructurales que influyen directamente en la calificación energética de la vivienda y en el bienestar de sus ocupantes. Esta guía pretende ofrecer una visión clara y práctica para elegir el chasis ideal según las necesidades del proyecto y las exigencias normativas vigentes.
Características y propiedades de cada material para chasis de ventanas
La selección del material del marco de las ventanas determina en gran medida el comportamiento térmico y acústico de los cerramientos. Los tres materiales más comunes en el mercado, madera, aluminio y PVC, presentan propiedades diferenciadas que responden a distintas necesidades y contextos constructivos. Comprender sus ventajas estructurales y térmicas es el primer paso para tomar una decisión informada que garantice tanto el confort interior como la eficiencia energética del inmueble.
Ventajas estructurales y térmicas de la madera natural
La madera es un material tradicional que ha demostrado su eficacia a lo largo de los siglos en la fabricación de ventanas. Su principal virtud reside en sus cualidades como aislante natural, con un coeficiente de conductividad térmica de aproximadamente 0,21 W/m°K, lo que la convierte en una opción favorable para reducir las pérdidas de calor en invierno y mantener el frescor en verano. Además de su capacidad térmica, la madera ofrece un excelente aislamiento acústico, absorbiendo vibraciones y atenuando el ruido exterior de manera eficaz. Desde el punto de vista estético, aporta calidez y elegancia, adaptándose tanto a edificaciones rústicas como a diseños contemporáneos. Sin embargo, su principal desafío radica en el mantenimiento periódico necesario para evitar problemas como el moho o la pérdida de sus propiedades impermeables, especialmente en climas húmedos o con alta exposición a la intemperie.
Rendimiento del aluminio con rotura de puente térmico
El aluminio destaca por su resistencia estructural, ligereza y durabilidad, con una vida útil que puede alcanzar los 50 años sin apenas mantenimiento. No obstante, su coeficiente de conductividad térmica es significativamente elevado, situándose en torno a 204 W/m°K, lo que lo convierte en un conductor térmico por excelencia. Para superar esta limitación y mejorar su comportamiento energético, la carpintería metálica moderna incorpora sistemas de rotura de puente térmico, que consisten en la inserción de un material aislante entre las caras interior y exterior del perfil. Esta innovación reduce considerablemente la transmisión de calor y frío, permitiendo que las ventanas de aluminio cumplan con los estándares de eficiencia energética exigidos en proyectos de alta demanda, como las construcciones certificadas bajo el estándar Passive House. Además, el aluminio es cien por cien reciclable, lo que lo convierte en una opción sostenible y respetuosa con el medio ambiente, aunque su comportamiento acústico puede ser inferior al de otros materiales, dado que el ruido tiende a hacer vibrar sus perfiles.
Comparativa de eficiencia energética entre madera, aluminio y PVC
La eficiencia energética de una vivienda depende en gran medida de la capacidad de sus cerramientos para minimizar las pérdidas térmicas. Los chasis de las ventanas juegan un papel crucial en este aspecto, ya que el material del marco influye directamente en los valores de transmitancia térmica y, por ende, en el consumo energético del inmueble. Comparar los tres materiales en términos de rendimiento térmico y su impacto en la calificación energética permite identificar cuál se adapta mejor a cada proyecto y a las exigencias del Código Técnico de la Edificación.
Valores de transmitancia térmica según el material del marco
El coeficiente de conductividad térmica es un indicador clave para evaluar la capacidad aislante de un material. En el caso del PVC, este valor se sitúa alrededor de 0,17 W/m°K, lo que lo posiciona como el material con mejor comportamiento térmico entre los tres. Este bajo coeficiente implica que las ventanas PVC ofrecen un excelente aislamiento térmico, reduciendo de manera significativa las pérdidas de calor en invierno y el ingreso de calor en verano, lo que se traduce en un menor consumo de calefacción y refrigeración. La madera, con un coeficiente de 0,21 W/m°K, también presenta propiedades aislantes destacables, aunque ligeramente inferiores al PVC. El aluminio, por su parte, requiere de la incorporación de sistemas de rotura de puente térmico para alcanzar niveles aceptables de aislamiento, ya que su conductividad natural es muy elevada. Estos valores de transmitancia son determinantes a la hora de seleccionar el material adecuado para proyectos que buscan maximizar el ahorro energético y cumplir con las normativas vigentes.
Impacto en la calificación energética de la vivienda
La elección del material del chasis de las ventanas tiene un impacto directo en la calificación energética del inmueble, un aspecto cada vez más relevante tanto en obra nueva como en reformas de viviendas. Los cerramientos con bajos valores de transmitancia térmica contribuyen a mejorar la puntuación en el certificado energético, lo que no solo aumenta el valor de la propiedad, sino que también reduce los costes de climatización para sus ocupantes. Las ventanas de PVC y madera, gracias a sus propiedades aislantes naturales, favorecen la obtención de mejores calificaciones energéticas, especialmente cuando se combinan con vidrios de alta calidad y sistemas de doble o triple acristalamiento. El aluminio con rotura de puente térmico también puede alcanzar buenos resultados, siempre que el diseño del perfil y la calidad de los componentes sean óptimos. En definitiva, el material del marco es una variable esencial para lograr edificaciones más eficientes, confortables y respetuosas con el medio ambiente.
Normativas y certificaciones energéticas aplicables a los chasis

El sector de la construcción está sujeto a un marco normativo riguroso que regula las condiciones de eficiencia energética y calidad de los cerramientos. Las ventanas y sus chasis deben cumplir con una serie de requisitos técnicos y de certificación que garantizan su adecuación a los estándares actuales. Conocer estas normativas es fundamental para asegurar que los productos seleccionados no solo ofrecen un buen rendimiento, sino que también cumplen con las exigencias legales y técnicas del mercado.
Requisitos del Código Técnico de la Edificación para carpinterías
El Código Técnico de la Edificación establece las condiciones mínimas que deben cumplir las carpinterías exteriores en materia de aislamiento térmico, acústico y seguridad. En el apartado de eficiencia energética, el documento básico DB-HE detalla los valores máximos de transmitancia térmica permitidos para los cerramientos, así como las exigencias para limitar las infiltraciones de aire y garantizar la estanqueidad de las ventanas. Estos requisitos varían en función de la zona climática en la que se ubique la edificación, siendo más exigentes en climas extremos donde las demandas de calefacción o refrigeración son mayores. Los fabricantes y profesionales del sector deben asegurar que los productos instalados cumplan con estos parámetros, lo que implica seleccionar materiales con coeficientes de conductividad térmica bajos y sistemas de rotura de puente térmico cuando sea necesario, especialmente en el caso del aluminio.
Certificación CE y etiquetado energético de ventanas
La certificación CE es obligatoria para todos los productos de construcción comercializados en la Unión Europea, incluidas las ventanas. Este marcado garantiza que el producto cumple con los requisitos esenciales de seguridad, salud y protección medioambiental establecidos por la normativa europea. Además, las ventanas pueden contar con etiquetados energéticos específicos que informan al usuario sobre su rendimiento térmico y acústico, facilitando la comparación entre diferentes opciones del mercado. Algunas ventanas de altas prestaciones han obtenido certificaciones adicionales, como la del estándar Passive House, que reconoce a los productos con un rendimiento energético excepcional. Elegir ventanas con certificación CE y etiquetado energético claro no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que también garantiza la calidad y fiabilidad del producto a lo largo de su vida útil, que puede extenderse hasta 50 años en el caso del PVC y el aluminio.
Criterios de selección del chasis ideal para tu proyecto
Seleccionar el material adecuado para el chasis de las ventanas implica evaluar múltiples factores que van más allá del aspecto estético o el precio inicial. Durabilidad, mantenimiento, relación calidad-precio, clima, orientación y tipo de edificación son variables que deben analizarse de manera integral para tomar una decisión acertada que garantice el confort, la eficiencia energética y la satisfacción a largo plazo.
Análisis de durabilidad, mantenimiento y relación calidad-precio
La durabilidad de las ventanas es un aspecto clave en cualquier proyecto constructivo. Tanto el PVC como el aluminio ofrecen una vida útil estimada de aproximadamente 50 años, con bajo mantenimiento a lo largo del tiempo. El PVC, en particular, no requiere tratamientos especiales más allá de una limpieza periódica, y su resistencia a la intemperie es notable. El aluminio, aunque también es muy duradero, puede sufrir corrosión en ambientes salinos, por lo que su elección debe considerar la proximidad al mar. La madera, por su parte, exige un mantenimiento más constante para preservar sus propiedades y evitar el deterioro causado por la humedad o los insectos. En términos de relación calidad-precio, el PVC suele ser la opción más equilibrada, combinando excelentes prestaciones térmicas con un coste moderado. El aluminio, especialmente con rotura de puente térmico, puede resultar más costoso, aunque su reciclabilidad y resistencia justifican la inversión en muchos casos. La madera, aunque ofrece un gran atractivo estético, requiere una mayor inversión inicial y costes de mantenimiento a lo largo de su vida útil.
Recomendaciones según clima, orientación y tipo de edificación
El clima local es un factor determinante en la elección del material del chasis. En zonas frías, donde el aislamiento térmico es prioritario, las ventanas de PVC o madera son especialmente recomendables debido a sus bajos coeficientes de conductividad térmica. En climas cálidos, el aluminio con rotura de puente térmico puede ofrecer un buen rendimiento si se combina con vidrios de control solar. La orientación de las ventanas también influye en la decisión, ya que las fachadas orientadas al norte requieren mayor aislamiento, mientras que las orientadas al sur deben equilibrar la captación solar con la protección térmica. El tipo de edificación es otro criterio relevante: en edificios de nueva construcción con altos estándares de eficiencia energética, como los proyectos Passive House, se suelen preferir ventanas de PVC o madera de altas prestaciones. En rehabilitaciones de edificios históricos, la madera puede ser la opción más adecuada por motivos estéticos y de conservación del patrimonio. En edificaciones industriales o de bajo mantenimiento, el aluminio con rotura de puente térmico es una alternativa robusta y duradera. Considerar estos factores de forma conjunta permite optimizar el confort, el ahorro energético y la sostenibilidad del proyecto a largo plazo.
